Tailandia retirará el proyecto de ley sobre casinos
El gobierno de Tailandia ha paralizado oficialmente la legislación de su proyecto de ley sobre casinos en el Parlamento, en medio de una creciente agitación política y el clamor de la opinión pública. Este acontecimiento se ha producido tras un conflicto en la coalición gobernante y la suspensión del primer ministro Paetongtarn Shinawatra.
El 7 de julio, el Jefe del Gobierno, Visuth Chainaroon, confirmó que el proyecto de ley no saldría adelante en la actual sesión legislativa.
Además, el viceministro de Finanzas, Julapun Amornvivat, había señalado que el nuevo Gabinete tiene que seguir revisando el proyecto de ley sobre casinos.
Orígenes de la Ley de Casinos
Fue el 27 de marzo de 2025 cuando el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de ley, que pretendía legalizar los «complejos de ocio» que incluían casinos. En general, el objetivo era impulsar el turismo, atraer inversiones extranjeras y generar ingresos fiscales. También atraería inversiones por valor de 119.000-283.000 millones de THB.
Según las estimaciones del gobierno, los complejos podrían producir entre 12.000 y 40.000 millones de THB anuales. En particular, el gobierno destinaría sólo el 5% del espacio de cada complejo al juego.
Inicialmente, el borrador del proyecto de ley de casinos incluía un requisito de depósito de 50 millones de THB para los nacionales tailandeses. Más tarde, sin embargo, los legisladores eliminaron esta cláusula.
Un informe de abril de 2025 señala que el valor de la industria del juego en Tailandia es de 1,1 billones de THB al año.
La agitación política provoca el colapso
Sin embargo, el proyecto de ley sobre casinos se enfrentó rápidamente a la reacción de la sociedad civil y de grupos religiosos. En particular, la Fundación Stop Gambling encabezó protestas en todo el país, citando la adicción y el deterioro social como principales riesgos.
Además, un grupo del Senado advirtió de que los casinos legales podrían «abrir las compuertas» a la delincuencia a gran escala y al blanqueo de dinero.
Mientras tanto, Bhumjaithai, uno de los principales socios de la coalición, abandonó el gobierno en junio. Por tanto, esto dejó al bloque gobernante falto de votos para el proyecto de ley de casinos.
Poco después, el Tribunal Constitucional suspendió al primer ministro por una posible infracción ética relacionada con una conversación telefónica privada con el líder camboyano Hun Sen. Como consecuencia, el poder legislativo del gobierno se debilitó.
Retirada formal del proyecto de ley
Anteriormente, el representante del gobierno Visuth Chainaroon declaró a los periodistas de Bangkok News: «El proyecto de ley [sobre casinos] se retirará definitivamente el 9 de julio. No hay necesidad de que nadie proteste o se manifieste por este asunto».
«Ya se han mantenido conversaciones dentro del partido, y reitero que la retirada no se hace por miedo», añadió.
En el Parlamento, la oposición pidió la anulación total del proyecto de ley de casinos, en lugar de un simple aplazamiento. Sin una mayoría clara y bajo un creciente escrutinio público, el gobierno accedió y retiró el proyecto de ley.
Además, la Cámara debatirá la moción para retirar el proyecto de ley antes de aprobarlo formalmente.
Reacciones públicas y perspectivas
En general, las reacciones a la retirada del proyecto de ley sobre casinos han sido diversas. Por ejemplo, los defensores argumentan que la medida era prematura.
Mientras tanto, los grupos empresariales afirman que el juego regulado podría crear puestos de trabajo y atraer turistas. Sin embargo, los grupos contrarios al juego acogieron con satisfacción la decisión. Aun así, los analistas afirman que el proyecto de ley sobre casinos podría resurgir.
A pesar de ello, la inestabilidad del gobierno podría retrasar el progreso. Por ello, los inversores se enfrentan ahora a la incertidumbre mientras Tailandia reevalúa su postura legal sobre el juego.
Conclusión
En resumen, la retirada del proyecto de ley sobre casinos refleja tanto la fragilidad política de Tailandia como la fuerza de la opinión pública.
Por ahora, los legisladores deben estabilizar la coalición y recuperar la confianza pública antes de reactivar las polémicas reformas.